Tan largo que tuvo que ser dividido en dos partes.


Esta vez la cosa fue más concreta, racional digamos. Su casa de campo pasó a estar en Minas y estábamos con su amiga que noesdeacá haciendo algo parecido al rapel (mucho menos producido) las cosas no estaban del todo mal pero había una inexpresividad en los tres, bressoniana. Fin del primer acto. Me levanto y creoSigue leyendo «Tan largo que tuvo que ser dividido en dos partes.»